domingo, 12 de diciembre de 2010

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CRONICA RUTA SÁBADO 11 DE DICIEMBRE


Un día totalmente gris, el cielo se nos había caido encima, pero no importaba porque éramos pájaros de altura y en esas condiciones lidiamos a la perfección.

Sabíamos que la jornada iba a ser corta, así que, teníamos muy claro que había que darle la intensidad suficiente como para quebrar la ansiedad acumulada después de un puente de la Constitución totalmente estéril.

Salimos a las 08:30 h desde Puerto Lápice y a través del camino de Don Luís marcamos el primer objetivo del día, el Tuerto. Mientras llegábamos, nos íbamos dando cuenta que ciertos tramos del recorrido que suelen estar bartante levantados por acción de las hordas de Atila en sus motos y cuads, el agua y el arrastre de tierras de estos días de lluvia los habían dejado genial. A ver si este año duran un poco más en este estado.

Llegamos a los Furrieles y como no podía ser de otra forma, el gran charco va tomando propiedad sobre lo que es legitimamente su territorio natural. Por esta ocasión no se lo vamos a arrebatar y daremos un rodeo, no sin antes hacer un eslalon entre un montón de piedras del tamaño de nuestra cabeza. De momento no corre el arroyo, pero la cantidad de bolsas de agua que hay a lo largo del mismo, auguran una pronta recuperación del caudal.

Llegando a la entrada del Tuerto la niebla se convierte en un manto tan espeso que hasta nos moja. De nuestro casco, fluyendo delante de los ojos, continuamente caen gotas de agua producidas por la condensación del ambiente.

Al poco de iniciar el ascenso, Roberto pone de manifiesto sin vacilación ninguna cuales son las limitaciones de los dos miembros que le acompañamos. Menudo zagal, parece que lleva alas en la bike. Luismi le sigue en la sombra y yo, en medio de la bruma, me conformo con admirar un paisaje que parece que se haya sacado mas de algún cuento de hadas que de un bosque de los Montes de Toledo. Después de bajar del Tuerto nos dirigimos a nuestra próximama cita, el Cenicero. Al pasar cinco casas podemos comtemplar que por fin, el arroyo ya empieza a correr.

En la subida al cenicero, más de lo mismo, niebla espesa, casco goteando, ambiente bucólico, Roberto el macho alfa de la manada, etc. Una vez arriba, pensamos que sería interesante pasar antes por el embalse para ver lo que había subido el nivel del agua. Aunque la bruma no nos permitía ver más allá de 30 m, si que pudimos apreciar (mientras tomábamos un tentempié) que estaba totalmente lleno.

Flanqueado nuestro segundo destino, no dirigimos al camino de Valdehierro y, que mejor forma de atajar que a través del Colmenar de las Huérfanas, que no es que sea un tramo excesivamente duro, que va, pero te quita fuerzas igual que a un toro cuando lo pican y, de fuerza es de lo que se trata ahora, porque deben de quedar las suficientes para afrontar con éxito nuestro último objetivo, el Vasto: Allá que te vamos.

No me cansaré de decirlo, la senda que se dirige desde Valdehierro hasta los pies del Vasto es de las más bonitas de las sierras, y si a esto le sumamos la niebla que nos acompaña en esta jornada, obtenemos un tinte místico propio de otra época. Es de los pocos sitios donde te fundes con el paisaje de tal forma, que notas el abrazo cariñoso de la madre naturaleza.

Bueno, ya estamos a los pies del gigante, subamos pues. Es una subida dura y descarnada, pero como todo el entorno que la rodea, está llena de misticismo. Cuantas más veces vengo a escalarla, más me gusta. Es como si tuviese un magnetismo especial que te atrae casi sin poder evitarlo. Debe de ser quizá porque en la cima, al estar más cerca del cielo, exista alguna fuerza tan poderosa que te haga sentir el influjo propio de la divinidad. Nada más cerca de la realidad, ya que una vez arriba el Sol brillaba en todo su esplendor y nos permitió comtemplar a nuestros pies todo un manto blanco que se perdía en el horizonte, era como si nosotros estuvieramos por encima del cielo y, debajo de nosotros, eso, el mundo terrenal, lo mundano, los prejuicios.......lo humano. Estábamos muy por encima de todo eso.

Al final, zapatero a tus zapatos. Lo humano con lo mundano y lo divino en nuestra sinrazón. Vámonos para abajo que hay que llegar pronto a casa.


Distancia........................47km
Tiempo de pedaleo.......3:02h
Vel. media......................16 km/h
Ascenso acumulado......917m










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